sábado, 27 de noviembre de 2021

EL DESENCANTO

 


A mi amigo Chema,

porque él supo seducir al desencanto

 

A veces, te recuerdas

Y te sientas en el tranco de tu puerta y miras tus manos con extrañamiento

A veces, te imaginas

Rotando una llave redonda alrededor de tus dedos, fantaseando con el ángulo que encaja sus dientes de cobre con tu costado izquierdo

A veces, te huyes

Y de pronto encuentras un desencanto de explosiones agrias en tu boca

Y te exasperas y piensas que quizá eso no es la vida

Pero te repites que qué más da cuando hasta aquella lágrima fue alimento, cuando hasta el humo de este porro es preciso ahora

 a veces, hasta la ira, la pena, el consuelo,

el portón de un antro,

las pieles suaves,

el tempo lento

(40 - 60ppm)

son convenientes

A veces, como tú dices, nada está de más

porque bien sabes que el demonio está en los detalles.

 

(Alba María; noviembre de 2021)

 

 

 

 

 

domingo, 5 de septiembre de 2021

LA ALEGRÍA.


El corazón es como un puño que sujeta una culebra 

Y cuando más intenta apretarla más se le escurre de los dedos

Pobre bicho que simboliza la seguridad del hombre, frágil y estúpido


Pero, a veces, el corazón también es una mano extendida que observa tranquilo y distante a ese animal que duerme 

Y solo cuando este respira, los dedos también se calman

Solo entonces el hombre siente 


Y aprecia

Y está satisfecho 

Y la vida deja de ser un ensayo para pasar a ser algo parecido a una caricia de niño 


Y eso es la alegría: dejar al animal en paz. 

sábado, 26 de junio de 2021

ANÁLISIS FILOSÓFICO DE «NEON GENESIS EVANGELION»


Evangelion es una obra que refleja a la perfección una síntesis entre la teoría de Schopenhauer en La vida como voluntad y representación (el mundo es sufrimiento), el pesimismo metafísico y el psicoanálisis.

Nada más comenzar la serie me acordé de la famosa cita de Sartre: «el infierno son los otros». El problema que quiere reflejar el anime comienza por aquí. Nos muestra dos personajes peleados con el mundo: Shinji y Asuka. Que pueden parecer personalidades opuestas, pero no. Ambos tienen el mismo problema: huyen de enfrentarse a sus propios miedos, a su propia oscuridad, están atrapados en su “representación” y se dejan dominar por el egoísmo y la reclusión a la que te empuja el trauma.

Asuka sería una representación del ello freudiano en tanto que se deja llevar por sus institutos primarios: la ira y el miedo. Por otro lado, Shiji es la viva representación del yo, el individualismo, la autocompasión, la debilidad. Vive en un bucle, en el dilema del erizo. Luego está Rei, que sería el superyo, un ser transhumano, sin miedo ni descontrol emocional. Rei a fin de cuentas representa la anulación de la voluntad de vivir, la resignación absoluta. Su presencia empuja a Shinji y a Asuka continuamente a ser honestos consigo mismos.

Cuando Schopenhauer nos invita en su teoría a romper con ese individualismo que nos hace sentir separados de los demás, diferentes y únicos en nuestra desgracia; primero nos dice que esto es culpa de la voluntad de vivir y el instinto natural del hombre de perseguir el deseo. Perseguir el deseo sólo nos hace seres infelices, nos introduce en el bucle del sufrimiento, crea maldad y competencia, y lo peor de todo: una vez conseguido el deseo, el humano se aburre. Y vuelve a sentir insatisfacción, vacío y desprecio.

(P.d: el mundo es una puta mierda, sí)

¿Cómo podemos evitar huir del sufrimiento? Schopenhauer propone dos vías: contemplación artística y ascetismo. Esta última está ligada a “romper el velo de maya” o lo que es lo mismo: resignarse a esta mierda de mundo, romper con el ego y verse reflejado en el dolor de los demás.

Esto es precisamente romper con la voluntad de vivir, con ese motor vital que mueve al ser humano a desear cosas. El objetivo de Schopenhauer (y de Ikari padre) es el mismo: destruir a la humanidad en cuanto a representación/ individualismo y convertirnos a todos en un único SER. El plan de complementación humana no es más que fundir al ser humano con la naturaleza, con su propio origen. Unificar todas las “almas” en una sola y crear una especie de organismo universal. De este modo, despegados del cuerpo y los deseos, solo sentiremos paz y plenitud.

¿Por qué pienso que Evangelion es pesimismo metafísico? Porque en la serie no observamos la posibilidad de que haya una salvación para el hombre, puesto que no hay antídoto ante el dolor del mundo. La voluntad de vivir nos empuja a esa supervivencia que nos hace sufrir y competir. La solución es una especie de suicidio colectivo, de unión completa con el cosmos. Esta idea también aparece en el árbol de la vida que se muestra en el cielo (sobre todo en la escena final de la película, que es brutal por cierto) y en el idealismo filosófico de la cábala judía.

En definitiva, Evangelion es una serie buenísima ya que muestra una problemática muy presente a día de hoy: la deshonestidad, el dejarse llevar por las pasiones y el egoísmo humano. La depresión será la enfermedad de nuestro tiempo hasta que no aceptemos que no somos especiales.

El infierno no son «los otros», el infierno eres tú y tu debilidad.

(Alba; 30 de enero de 2021)

DILEMA DEL ERIZO

 Aquello que decía Sartre de «el infierno son los otros» no es más que el pensamiento de todo aquello que tengo que tolerar de ti, es aquello que me incomoda. Todo lo que sea acercarse demasiado a otro ser humano, es incómodo.

De ahí el dilema del erizo de Schopenhauer: los erizos, al llegar el invierno, necesitan acercarse a otros para calentarse, sin embargo al acercarse demasiado entre ellos se hacen daño con las púas y necesitan alejarse; aunque al alejarse vuelvan a sentir frío y necesidad de acercamiento.

Esa falta es la que sentimos nosotros, esa carencia, esa necesidad de aproximarnos a los demás... aunque el aproximarse demasiado siempre sea un infierno y ponga en juego la pérdida de la identidad, de la esencia, de la independencia, del ser-propio. Es un delgado límite que aún no controlamos.

La proximidad completa con el otro lleva a la locura (al igual que la soledad completa y el retraimiento también llevan a la locura). El sistema en el que vivimos, de algún modo, nos obliga a elegir entre estas dos, en tanto a que ambas son dos formas de individualismo y destruyen la razón humana.

(Alba; 30 de enero de 2021)


NEC PLURA SOMNIA

Me temo a mí misma cuando una de mis ilusiones se consume. Es como si se agotara lentamente la luz que alumbra los viejos pensamientos de la pequeña Alba. Si pienso, se parece al destrozo inevitable que, cada verano, hacen las olas del mar con las construcciones de arena de los niños. Tantas horas de ensoñación compartida, multiplicidad de minúsculos deditos embarrados moldeando la imagen de sus intenciones, tanto desborde imaginativo envuelto por el sol irritado de agosto… para, finalmente, ser engullidas por la boca del océano. Es cierto, confieso que tengo miedo a perder por completo la poca estrella que queda en el poso de mis ojos, a sentirme atrapada en la oscuridad de las partes más profundas de mi psique y a no disponer de tan sólo una luz, aunque tenue, que me indique el camino de vuelta a otros mundos.


No quiero aceptarlo, pero: nec plura somnia.


(Alba; 15 de octubre de 2020)

martes, 25 de mayo de 2021

EL DOLOR

 

Últimamente me da por mirar al suelo y solo veo pájaros aplastados en las aceras

sus alas flotantes, que alguna vez bailaron con el aire

ahora solo son pluma y cartón acinados

 

Y, mientras los aparto, frente a la basura, un caballito abandonado

me mira fijamente con sus ojos de palo

obligándome a comprender que hoy ha muerto otra infancia

 

Hoy recuerdo que el dolor nunca termina,

que el dolor es eterno

y se presenta blanquecino y frío como una sábana de hospital

y me percato que el dolor es esa mano fantasmal

a la que le da igual taparte hasta las rodillas y dejarte el pecho al descubierto

 

Hoy recuerdo que en el dolor solo existe una misma

y que el sabor único de un nudo en la garganta se vuelve exquisito

y me percato que el dolor es también un tipo de alimento

como el pajarito de la acera es alimento para el gusano

o el abandono del caballo es alimento para el adulto

 

Hoy recuerdo que Dios es un ser tibio que crea al frágil con el fin de abandonarlo

y me doy cuenta de cómo ese tibio reflejo que nos sostenía las cuerdas

era tan débil que ha caído sutilmente en las trampas de su propia duda

 

Hoy recuerdo que nada importa y que todo esfuerzo es inútil

La esperanza ha muerto y el dolor ha vencido

 

No confío en nada, ni en nadie, ni siquiera en que yo exista

Los recuerdos son peligrosos


(Alba María; martes, 25 de mayo de 2021)

domingo, 23 de mayo de 2021

EXCESO DE VIRTUD

Ha llegado el día de hoy. Sabía que de algún modo me estaba engañando desde un exceso de virtud.


Estimo tanto los conceptos de valor y dignidad que a veces me hacen inoperante. «Salvo el poder, todo es ilusión» decía Lenin, y para conseguir poder hay que persuadir. Pero mis principios filosóficos me impiden persuadir, me impiden ser retórica.

Me siento una especie de Catón el viejo cuando me niego a bajarme los pantalones ante ciertas premisas populares, como cuando éste se oponía a los filósofos llamándolos pederastas y diciéndoles que rendían un culto estúpido a sus maestros. Pero siendo Catón no consigo nada, solo aislarme y caer en el olvido. Ni siendo un Diógenes de la vida tampoco, de qué me sirve provocar a la gente si eso nunca les estimulará a pensar, si solo van a creer que soy una soberbia, una gilipollas, un ser amargado y condescendiente. Al final, el único ejemplo operativo a seguir es Napoleón, si quieres lograr algo hazlo, cueste lo que cueste, sin virtud ni principios, con elegancia, sin reparos.

Es posible que tenga que cambiar mi Nietzsche de Deleuze por el Príncipe, es posible que tenga que ir con Maquiavelo bajo el brazo, no veo otra opción si mi fin último es contribuir a la mejora de esta gran bola de mierda en la que estamos inmersos. Hoy he visto como mi concepto puro de la verdad solo me convierte en escéptica, me encierra en mí misma y me impide actuar; y bueno, es posible que la verdad solo sea un ideal absurdo, una estupidez más de los griegos, y que tras la ruptura con la modernidad solo existan acuerdos y convenciones. Si usted me dice que mi copa de vino es un gato muerto, ya no hay premisas lógicas a las que me pueda agarrar, ya no hay relación entre las palabras y las cosas, ya no hay debates dialécticos que superar, solo me queda persuadirle o dominarle. Solo el poder puede darme legitimidad para seguir objetando que mi copa de vino es una copa de vino.

En fin, no lo sé, solo quiero ser honesta.

(27 de marzo de 2021, Alba María)

martes, 11 de mayo de 2021

EMPATÍA



Los movimientos de moda os están creando hartas contradicciones. No seré yo la más indicada para enarbolar el principio de no-contradicción, pero, la verdad, es imposible llevar ciertas filosofías o pensamientos de forma paralela y no refutarse a una misma.

Por ejemplo, es imposible ser budista, zen, meditativo y abanderar la percepción subjetiva de cada uno a través de la multiplicidad de identidades. Esto puede ser por dos causas: la primera, porque no se haya profundizado en absoluto en ninguno de los dos movimientos y la segunda (que tiene que ver con la primera), que se siga este trasiego por puro dejarse llevar, quizá incluso por miedo al rechazo social o a parecer un intransigente. La cuestión es que, si uno trasciende y medita, realmente lo que busca es la ruptura completa de toda identificación. Y me diréis: "la lucha por la identidad es una estrategia social para con el Estado" y yo pienso, pero: ¿quién ve como liberación que su opresor le aporte un término? (también porque hilo y suelo observar que la mayoría de estas personas tienden a la ideología libertaria). Nadie necesita que su opresor le sepa identificar, qué más da, te va a seguir explotando y ejerciendo control sobre tu cuerpo igualmente (se te llame como se te llame).

Por otro lado, la trascendencia budista busca la empatía completa. Y, claro, la empatía está bastante diferenciada de la comprensión; me explico: cuando uno empatiza con otro ser, primero parte de buscar una relación de igual a igual con el otro intentando fundir sus emociones con éste y entender su dolor sin haberlo vivido, sin haber pasado por esa experiencia anteriormente; por otro lado, la comprensión es identificar en el otro un dolor ya vivido, o que se está experimentando en el momento. La empatía es un ejercicio primordial (y que el sistema capitalista intenta erradicar por completo de forma obstinada). No hace falta ser inmigrante ilegal, negra, prostituta, violada, deshauciada o mutilada para poder empatizar con el otro y luchar por su causa. De hecho, es necesario, puramente necesario, nadie tiene que esperar a experimentar el hambre y el dolor absoluto en su cuerpo para emprender un cambio social (joder, es mejor evitarlo ¿no?, si no, vamos listos). Seríamos un grupo de derrotados emocionales intentando conseguir algo; eso sí, partiendo de nuestro tormento, porque este nos dice quiénes somos.

(Nadie puede arrancar de sí mismo el dolor si se identifica, se funde y se define a través de este).

La empatía es un esfuerzo de trascendencia. En los movimientos actuales esto se ha erradicado, se le han cortado las raíces a la empatía. Ahora sólo puede hablar el que sufre, el que acumula más dolor, porque ese, el más destrozado, es más apto para liderar una lucha (curiosa contradicción con el libertarismo) y, por supuesto, sólo y únicamente en el gueto correspondiente. Sal de ahí y verás la miseria y la intransigencia del ser humano. Ay, qué horrible es todo fuera de mi zona de confort y cuidados, nadie está preparado para "el mundo real". Sí, pero mejor fortalecerse y saberse defender, el capitalismo no es tu amigo. Puede identificarte como tú psíquicamente has querido mencionarte, pero te va a joder igual. Va a ejercer violencia sobre ti igualmente.

En fin, que sí, la contradicción es parte de la vida, es parte del proceso de aprendizaje; pero mantenerse en ella es falta de reflexión y apertura de miras. La lucha por la mejora social es un proceso (no hay meta final enarbolada por la idea platónica "de bien supremo"), es más un ejercicio de lógica y acumulación de datos que un pensamiento en una nube que uno trata de alcanzar. Al final hay que pensar, elegir, invertir nuestra energía en algo que de verdad nos vaya a liberar de algún modo (algo efectivo). Si no, seguiremos cayendo en trampas del sistema como estas, convirtiéndonos en individuos capsulas, repitiéndonos continuamente, en nuestra mente, mantras del estilo "tienes derecho a sufrir" pero sin dar el paso inexcusable de salir del sufrimiento o alterarlo en herramienta de transformación.


(Alba María, 11 de mayo de 2020)

domingo, 31 de enero de 2021

ANALISIS FILOSÓFICO-PERSONAL DE “MIDSOMMAR”.

 

“Midsommar es una ópera de rupturas

 y un oscuro cuento de hadas contemporáneo”

Ari Aster


Quizá esto que voy a exponer a continuación es una reflexión que va mucho más allá de la intencionalidad del director al hacer esta obra cinematográfica. Es posible que esta reseña esté sesgada por un filtro muy personal, debido a mi percepción filosófica de todo lo que observo; sin embargo, veo necesario compartirla, ya que acrecienta de algún modo el objetivo terrorífico del film.

Sin entrar mucho en los detalles más evidentes de la película, como el directo reflejo del trauma, la superación personal, las etapas del duelo amoroso, la simbología implícita y anticipadora de acontecimientos, las atroces escenas de muerte, etc. Me gustaría hacer hincapié en cuál es el mensaje final que se genera en mi mente tras terminar de verla y por qué derrumba muchos de mis esquemas racionalistas; poniéndolos en entredicho y revirtiendo sobre mí un pensamiento escatológico y pesimista del futuro.

La sociedad:

Primero de todo, es interesante ver el paralelismo existente entre las dos sociedades que se nos presentan. Al principio, aún estamos en la sociedad que conocemos, la “nuestra”, cuya descripción más precisa quizá sea nombrando su sistema económico: el capitalismo. Nuestra sociedad es una sociedad enfundada en un tamiz de oscuridad; es por ello que al principio de la película el clima es sombrío, nuboso, está lloviendo y hace frío (no hay atisbos de luz). Nada está claro, pero todo está escrito o se puede determinar, nuestra percepción del tiempo es lineal (cristiana) y el sistema de valores está muy arraigado, tanto que se sobrepone la apariencia a la esencia. Es por ello que Christian prefiere aparentar que es un buen novio a ejercer como tal, todo el mundo (él, Dani y sus amigos) saben reconocer que las demostraciones de “cariño” que expone son forzadas, desprovistas por completo de veracidad o voluntad, sin embargo, son aceptadas de algún modo, en pura apariencia. Nuestra sociedad es una sociedad que acepta la hipocresía como parte del juego social. Se acata y se reproduce. Esto es lo que en psicología se denomina disonancia cognitiva, o lo que yo llamo buscar excusas o avales teóricos para seguir siendo miserable.

Por otro lado, tenemos una sociedad totalmente diferente (o eso creemos), una sociedad sectaria, donde prima lo comunitario frente a lo individual, donde el tiempo es circular y la vida y la muerte no son extremos (o antagonismos) que indican el comienzo y el final, sino que son el punto de unión del ciclo, es decir, la misma cosa. Como podemos observar, todo es de todos, hasta las emociones más íntimas, y el sujeto está totalmente desdibujado (puede parecer que es todo lo contrario a la sociedad capitalista ya que pensamos que lo que busca el sistema es un sujeto hecho e identificado con algo; sin embargo, nuestro tiempo se caracteriza por el fluir continuo de las identidades del sujeto, de su despliegue. El ser humano no puede ser fijo, sino que debe estar deviniendo continuamente, a la par del mercado).

En la sociedad sectaria no hay oscuridad, el sol envuelve toda la escena y toda la hipocresía que podía verse difusa en nuestro mundo apagado y nebuloso, sale a la luz. La luz es esencial para comprenderlo todo porque, a pesar de tener una simbología popular de “descubrimiento de la realidad”, he de recordar un momento la alegoría de la caverna de Platón en la que el primer contacto con el mundo inteligible provoca en los hombres un encandilamiento, una ceguera. La luz puede hacer daño a la vista del que ha estado siempre a oscuras y sin ver nada claro. La luz pura, la primigenia, puede confundir al ser humano y descarrilarlo de su objetivo. Justamente esta es la labor de una secta, aprovechar el momento de transición emocional de las personas, momento en el que nos sentimos desvalidos por un acontecimiento traumático o estamos a punto de dar un salto cualitativo en la comprensión de nuestras emociones con el entorno. Este es justo un momento de debilidad, de nihilismo (si lo queremos llamar así) donde nuestro sistema de valores y creencias se ve tambaleado y tenemos miedo, nos sentimos rotos, engañados y desprotegidos. Las sectas se alimentan de este miedo y te abrazan, aportándole un sentido a tu vida, mostrándote el camino de “la verdad”.

La muerte:

La muerte es uno de los temas principales de esta película, la primera muerte que observamos es la muerte de la hermana de Dani, que se lleva por delante a sus propios padres. Y es muy interesante que la muerte se presente, en primera instancia, de una forma concreta: el suicidio. El suicidio se introduce en esta escena como un reflejo del egoísmo de nuestra sociedad. La depresión es la enfermedad del capitalismo por excelencia, ya que es la enfermedad que emerge de una sociedad que no es capaz de reconocer que no es especial ni lo será nunca. Nuestra existencia es efímera y desprovista de sentido.

En una sociedad donde prima la hipocresía, la muerte será vista como algo trágico, es la muerte del individuo, del mundo ficticio que habita en cada uno de nosotros, de lo que nos convierte en seres especiales en nuestra imaginación. El suicidio es algo negativo y demonizado moralmente, sin embargo, es la principal causa de muerte en el mundo. ¿Por qué? Porque el hombre está infectado de culpa, resentimiento, miedo y soledad; y la única forma que tiene de redimir sus pecados es autoinfligiéndose daño (esto también se puede observar en el goce que provoca el masoquismo). El suicidio y la autolesión son formas de purificación, el cristianismo nos enseña que la purgación de los pecados se consigue tras un derramamiento de sangre (imagen de Cristo crucificado redimiéndonos del pecado original). Es otra contradicción del sistema de creencias, el sufrimiento es malo, pero es un requisito necesario para depurarnos de los males mundanos.

No obstante, el suicidio que observamos en la sociedad sectaria es totalmente distinto (o eso parece). La muerte se presenta como un ofrecimiento, es vista desde la gratitud y no desde la tragedia. Pero, esto puede resultar engañoso, puesto que no es más que otra muestra de martirio. En el suicidio de los “ancianos mártires” también existe una purificación de los pecados, una necesidad de romper con un ciclo de culpa por ser inútiles y dependientes dentro de una sociedad comunitaria que está obligada al cuidado y al ofrecimiento. La muerte de los ancianos es aún más siniestra que la muerte de la hermana de Dani, ya que la muerte de ella es una muerte a la que se ve empujada de algún modo tras el desconocimiento del control de sus pasiones; sin embargo, la muerte de los ancianos es totalmente tranquila y consciente, emana paz y parece estar en consonancia con las leyes naturales. Es una manipulación sublime. Es como decir: “damos nuestra vida para que otros puedan nacer” a pesar de que tu vida y la del otro ser no tienen por qué tener una relación directa. Esto es una excusa para justificar la invalidez de los ancianos en una sociedad donde todo ha de ser perfecto y con apariencia reluciente. La vejez rompe en estética y en esencia con la apariencia de la secta. El dolor no puede dominarte, la película refleja todo el tiempo el autocontrol acérrimo de las emociones en los miembros de la secta (de hecho, el castigo o venganza hacia los primeros asesinados de la película, Simon y Connie, la pareja inglesa, es justamente no saber controlar sus emociones ante el impacto atroz de los suicidios).

En definitiva, tanto nuestra sociedad capitalista como la sociedad sectaria son comunidades enfermas y desprovistas de libertad, donde prima la manipulación y el control de las personas. En el capitalismo nacemos para acatar un sistema mecanicista que nos prepara para trabajar y morir solos, ya que la vida tiene un valor económico. Mientras que en la secta nacemos para acatar una disciplina rígida, aunque revestida de falsa felicidad (cosa que se refleja muy bien en el hecho de que están todo el tiempo drogados, sufren, por así decirlo, una sobredosis de soma continua, usando el término de Huxley). Para la secta la vida tiene un valor sacro.

Volviendo al inicio, ¿por qué me dio tanto terror este film? Porque me empujó al pensamiento más pesimista de todos: la imposibilidad de un verdadero “conatus” (cartesiana o spinozistamente hablando), de una verdadera voluntad o inclinación natural para disponer de nosotros mismos. Como ser racional tiendo a pensar en la creatividad y en la ciencia como únicas esperanzas para salvar la humanidad; la lógica formal y el uso de las herramientas que nos da la naturaleza deberían ser suficiente razón de empeño para mejorar nuestra red de relaciones y crear una sociedad más justa. Sin embargo, esta película me hace entrar en pánico, me inclina hacia dos vertientes: aceptar la destrucción del mundo por parte del capitalismo (puro pensamiento escatológico) o hacer como Dani y mimetizarme con un mundo ficticio, lleno de drogas alucinógenas y falsa purgación de mis emociones.

Destruir el “yo”, deshacerme de mi identidad, romper con mi sujeto identificado con un reflejo distorsionado, está muy bien, pero no quiero caer en la destrucción de mi “yo” como sujeto para convertirme en un sujeto gigante encarnado por un conjunto de humanos neuróticos y sin voluntad. Ahora mismo tengo 25 años, estoy en el momento de mi “midsommar” y creo que si me ocurriese esto se cumpliría la peor de mis pesadillas.

(Alba María; 12 de noviembre de 2020)

IMPACTO.

 

Es prácticamente imposible para mí mantener una conversación sin ser consciente del impacto que las palabras de la otra persona están teniendo sobre mis pensamientos y emociones. Suelo prestar mucha atención al discurso del otro y, precisamente por eso, de forma paralela (y no evasiva), no puedo no estar pendiente del cambio que sus palabras ejercen en mi postura del momento. Mis gestos se modifican, mis brazos cambian de postura, mi cuerpo se tensa o se relaja, mi corazón va más o menos rápido, mi respiración fluye o se entrecorta en un suspiro y mis ojos evitan el contacto, o, por el contrario, fijan aún más la mirada. Y mientras, mi mente baraja una respuesta acorde y coherente.

Hay grados y cualidad en cada impacto. Algunas conversaciones son más banales y eso me permite conocer ya el efecto de antemano, por lo que no me mantienen apenas alerta, sólo me dejo llevar y disfruto. Otras son bastante intensas, y la mayoría de las veces las veo venir; el disparo de las palabras del otro está cerca y mi cuerpo se mantiene en espera, preparado para el balazo. Sin embargo, hay ciertas conversaciones cuyos impactos no los advierto, suelen ser diálogos que oscilan entre la banalidad y la intelectualidad, y la intensidad la aporta el desconcierto.

Hay pocas personas que provoquen en mí esto último, esa sensación de estar relajada y que, de pronto, el impacto de unas palabras modifique por entero mi cuerpo y ponga en funcionamiento mi mente (no desde la ansiedad sino desde el placer). Es por ello que siempre suelo aclarar que mi satisfacción no depende del grado de conocimientos que se baraje en una conversación, tampoco es cuestión de cualidad argumentativa, habilidades sociales o estrategias "pre-consideradas" para saberme impresionar. Mi satisfacción va más allá de todo esto, es un asunto eventual y fortuito que sopesa entre lo mental y lo sensible: yo estoy tranquila, alguien dice algo, crea un impacto en mí (placentero e imprevisto) y, entonces, surge una conexión. Algo/alguien comienza a interesarme.

 

(Alba María; 5 de mayo de 2020)