sábado, 26 de junio de 2021

DILEMA DEL ERIZO

 Aquello que decía Sartre de «el infierno son los otros» no es más que el pensamiento de todo aquello que tengo que tolerar de ti, es aquello que me incomoda. Todo lo que sea acercarse demasiado a otro ser humano, es incómodo.

De ahí el dilema del erizo de Schopenhauer: los erizos, al llegar el invierno, necesitan acercarse a otros para calentarse, sin embargo al acercarse demasiado entre ellos se hacen daño con las púas y necesitan alejarse; aunque al alejarse vuelvan a sentir frío y necesidad de acercamiento.

Esa falta es la que sentimos nosotros, esa carencia, esa necesidad de aproximarnos a los demás... aunque el aproximarse demasiado siempre sea un infierno y ponga en juego la pérdida de la identidad, de la esencia, de la independencia, del ser-propio. Es un delgado límite que aún no controlamos.

La proximidad completa con el otro lleva a la locura (al igual que la soledad completa y el retraimiento también llevan a la locura). El sistema en el que vivimos, de algún modo, nos obliga a elegir entre estas dos, en tanto a que ambas son dos formas de individualismo y destruyen la razón humana.

(Alba; 30 de enero de 2021)


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