sábado, 26 de junio de 2021

NEC PLURA SOMNIA

Me temo a mí misma cuando una de mis ilusiones se consume. Es como si se agotara lentamente la luz que alumbra los viejos pensamientos de la pequeña Alba. Si pienso, se parece al destrozo inevitable que, cada verano, hacen las olas del mar con las construcciones de arena de los niños. Tantas horas de ensoñación compartida, multiplicidad de minúsculos deditos embarrados moldeando la imagen de sus intenciones, tanto desborde imaginativo envuelto por el sol irritado de agosto… para, finalmente, ser engullidas por la boca del océano. Es cierto, confieso que tengo miedo a perder por completo la poca estrella que queda en el poso de mis ojos, a sentirme atrapada en la oscuridad de las partes más profundas de mi psique y a no disponer de tan sólo una luz, aunque tenue, que me indique el camino de vuelta a otros mundos.


No quiero aceptarlo, pero: nec plura somnia.


(Alba; 15 de octubre de 2020)

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