Es prácticamente
imposible para mí mantener una conversación sin ser consciente del impacto
que las palabras de la otra persona están teniendo sobre mis pensamientos y
emociones. Suelo prestar mucha atención al discurso del otro y, precisamente
por eso, de forma paralela (y no evasiva), no puedo no estar pendiente del
cambio que sus palabras ejercen en mi postura del momento. Mis gestos se
modifican, mis brazos cambian de postura, mi cuerpo se tensa o se relaja, mi
corazón va más o menos rápido, mi respiración fluye o se entrecorta en un
suspiro y mis ojos evitan el contacto, o, por el contrario, fijan aún más la
mirada. Y mientras, mi mente baraja una respuesta acorde y coherente.
Hay grados y cualidad en
cada impacto. Algunas conversaciones son más banales y eso me permite conocer
ya el efecto de antemano, por lo que no me mantienen apenas alerta, sólo me
dejo llevar y disfruto. Otras son bastante intensas, y la mayoría de las veces
las veo venir; el disparo de las palabras del otro está cerca y mi cuerpo se
mantiene en espera, preparado para el balazo. Sin embargo, hay ciertas
conversaciones cuyos impactos no los advierto, suelen ser diálogos que oscilan
entre la banalidad y la intelectualidad, y la intensidad la aporta el
desconcierto.
Hay pocas personas que
provoquen en mí esto último, esa sensación de estar relajada y que, de
pronto, el impacto de unas palabras modifique por entero mi cuerpo y ponga en
funcionamiento mi mente (no desde la ansiedad sino desde el placer). Es por
ello que siempre suelo aclarar que mi satisfacción no depende del grado de
conocimientos que se baraje en una conversación, tampoco es cuestión de
cualidad argumentativa, habilidades sociales o estrategias "pre-consideradas"
para saberme impresionar. Mi satisfacción va más allá de todo esto, es un
asunto eventual y fortuito que sopesa entre lo mental y lo sensible: yo estoy
tranquila, alguien dice algo, crea un impacto en mí (placentero e imprevisto)
y, entonces, surge una conexión. Algo/alguien comienza a interesarme.
(Alba María; 5 de mayo de
2020)
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