jueves, 8 de junio de 2017

Resquicios de inocencia

«Los imprevistos y decisivos acontecimientos del día anterior lo gobernaban de un modo poco menos que automático. Era como si alguien le llevara de la mano y le arrastrara con una fuerza irresistible, ciega, sobrehumana; como si un pico de sus ropas hubiera quedado prendido en un engranaje y él sintiera que su propio cuerpo iba a ser atrapado por las ruedas dentadas.» Fiodor Dostoievski
Crimen y castigo

Es curioso que me sienta tan sumamente identificada con este fragmento, pero ha sido leerlo y pensar que me leía a mí misma, sumergida en un descontrol anímico complejo desde hace mucho tiempo.
Todo en mi vida han sido improvistos, sorpresas, tanto hermosas como amargas, pero experiencias al fin y al cabo que han ido surcando lo que hoy en día es mi personalidad: una explosión de sensaciones y reflexiones sobre el amor y la sociedad.
Durante mucho tiempo me he visto gobernada por la incomprensión, atrapada, arrojada al vacío, prácticamente desecha, pero ya no me queda nada que perder, sólo me queda escalar a la superficie y agarrar la vida con intensidad y fuerza.
Ahora mismo sólo admiro mi existencia y las oportunidades que me brinda el presente.
Quiero vivir,
pero quiero vivir soñando.
Aún me quedan resquicios de inocencia.

Alba JG

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