A veces estoy sentada en la cama
y me
invade un pensamiento
y la
mayoría de esas veces intento que ese pensamiento se derrame por mi cara
como las
gotas saladas que se escurren por los rinconcillos de las rocas
buscando
su recipiente, el lugar donde la forma les aporta un sentido
-pero no
pasa-
el pensamiento
camina en vaivenes sobre un hilo enredado y negro
-pero no
cae-
como el
funámbulo del Zaratustra tratando huir de su propia condición
su
tragedia es buscarse hombre o más que hombre
mi
tragedia es no hallarme humana
Está claro
que lo que me hace daño es sólo una pequeña parte de un Todo
y espero
que cuando se junten todas las partes, pueda reconocerme en el abismo
Estoy
segura que en su pozo podré contemplar el cielo sin hormigas
yo he hecho del peligro mi profesión.
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